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En Josué 1, leemos sobre el traspaso de mando a Josué después de la muerte de Moisés. El mandato de esforzarse y ser valientes se les repitió varias veces a Josué y a los israelitas, para enfatizar su importancia (vv. 6-7, 9). Sin duda, ante el temor de enfrentar un futuro incierto, Dios reafirmó: «como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé» (v. 5). Es natural tener miedos, pero un estado de temor constante perjudica nuestra salud física y espiritual. Tal como Dios alentó a sus siervos de la antigüedad, nosotros también podemos ser fuertes y valientes por causa de Aquel que prometió estar siempre con nosotros. Cindy - Pan Diario
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