La vida del bloguero Kevin Lynn parecía desmoronarse. En un artículo, contó: «Llegué a ponerme un arma en la cabeza […]. Pero Dios, sobrenaturalmente, entró en mi habitación y en mi vida. En ese momento, encontré de verdad lo que ahora sé que es Dios». Dios intervino e impidió que Lynn se suicidara. Lo convenció profundamente de su presencia y de su amor. En lugar de ocultar este poderoso encuentro, Lynn le compartió su experiencia al mundo, creando un ministerio en YouTube donde comunica su historia de transformación y la de otros.
Cuando Lázaro, el amigo y seguidor de Jesús, murió, muchos pensaron que Jesús se había retrasado mucho (Juan 11:32). Lázaro ya había estado en su tumba cuatro días antes de que Cristo llegara, pero el Señor convirtió ese momento de angustia en un milagro, al resucitarlo (v. 38). «¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?» (v. 40).
Así como Jesús trajo a Lázaro de la muerte a la vida, también nos ofrece a nosotros una nueva vida por medio de Él. Al entregar su vida como sacrificio en la cruz, pagó la condenación por nuestro pecado y nos perdona cuando aceptamos su regalo de gracia. Somos liberados de la esclavitud al pecado, renovados por su amor eterno y habilitados para cambiar el curso de nuestra vida. Kimya Loder - Pan Diario

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