Personas que animan

«Puro ánimo». Esto dijo J. R. R. Tolkien para describir el apoyo que su amigo y colega C. L. Lewis le brindó mientras él escribía la épica trilogía El señor de los anillos. El trabajo de Tolkien había sido meticuloso y exigente, y había escrito a máquina más de dos veces los extensos manuscritos. Cuando se los envió a Lewis, este respondió: «Todos los largos años que invertiste en esto valieron la pena».
Quizá quien más se destacó en las Escrituras por dar ánimo fue José, de Chipre; más conocido como Bernabé (que significa «Hijo de consolación»), el nombre que le pusieron los apóstoles (Hechos 4:36). Fue él quien abogó por Pablo ante ellos (9:27). Más tarde, cuando los gentiles empezaron a poner su fe en Jesús, Lucas nos dice que Bernabé «se regocijó y animaba a todos para que con corazón firme permanecieran fieles al Señor» (11:23 lbla). Lo describe como «varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe»; y que gracias a él: «una gran multitud fue agregada al Señor» (v. 24).
El valor de las palabras de ánimo es inconmensurable. Cuando brindamos palabras de fe y amor a otros, Dios puede moverse a través de lo que compartimos, para transformar la vida de alguien para siempre. ¡Que Él nos ayude a dar «puro ánimo» a alguien hoy! James Banks - Pan Diario

Buena reputación para Cristo

Mientras estudiaba en la Universidad Estatal de Florida, Charlie Ward competía en dos deportes. En 1993, el joven mariscal de campo ganó el trofeo Heisman como mejor jugador de fútbol americano universitario del país, y también se destacó en el baloncesto.
Un día, durante una charla previa a un partido, el entrenador de baloncesto dijo unas palabrotas. Como vio que Charlie estaba incómodo, preguntó: «¿Qué pasa, Charlie?». Y Ward contestó: «Entrenador, el entrenador Bowden [del equipo de futbol] no usa esa clase de lenguaje y consigue que juguemos de la mejor manera».
Al reflejar el carácter de Cristo, Charlie pudo hablarle amablemente a su entrenador sobre ese asunto. Es más, el entrenador le dijo a un periodista sobre esa conversación: «Es casi como si un ángel te estuviera mirando».
Una buena reputación ante los incrédulos y un testimonio fiel para Cristo son difíciles de mantener. Pero los creyentes pueden volverse más parecidos a Él con su ayuda y guía. En Tito 2, a los jóvenes —y a todos los creyentes— se los llama a ser «prudentes» (v. 6) y a mostrar «integridad, […] palabra sana e irreprochable» (vv. 7-8).
Al vivir así, no solo honraremos a Cristo, sino que también desarrollaremos una gran reputación. Entonces, las personas tendrán una razón para oír lo que decimos. Dave Branon - Pan Diario

Una respuesta agradecida

Pescado crudo y agua de lluvia. Un marinero australiano sobrevivió con solo estas provisiones durante tres meses. Abandonado en una isla a casi 2.000 kilómetros del continente, ya perdía las esperanzas. Pero entonces, la tripulación de un barco pesquero vio el bote y lo rescató. Más tarde, el delgado y curtido hombre declaró: «Al capitán y la empresa de pesca que salvaron mi vida, ¡estoy tan agradecido!».
Este hombre dio gracias después de su terrible experiencia, pero el profeta Daniel reveló un corazón agradecido antes, durante y después de una crisis. Exiliado a Babilonia con otros judíos (Daniel 1:1-6), había sido ascendido en autoridad solo para ser amenazado por otros líderes que querían verlo muerto (6:1-7). Sus enemigos consiguieron que el rey firmara un edicto que declaraba que quien orara a «cualquier dios» sería «echado en el foso de los leones» (v. 7). ¿Qué haría Daniel, un hombre que amaba y servía al único Dios verdadero? «Se arrodillaba […], y daba gracias delante de su Dios» (v. 10). Dio gracias, y Dios lo recompensó salvándole la vida y honrándolo (vv. 26-28).
Que Dios nos ayude a «[dar] gracias en todo» (1 Tesalonicenses 5:18). Ya sea que estemos en una crisis o acabemos de salir de ella, la gratitud honra a Dios y ayuda a mantener a flote nuestra fe. Tom Felten - Pan Diario

Perdonado por Dios

Cerca de la fiesta de Acción de Gracias, el presidente de los Estados Unidos recibe en la Casa Blanca dos pavos para otorgarles el indulto presidencial. En lugar de servirlos como plato principal para esa celebración, esos pavos viven seguros por el resto de su vida en una granja. Aunque no pueden entender la libertad que se les ha concedido, la extraña tradición anual resalta el poder vivificador del perdón.
El profeta Miqueas entendía el significado del perdón cuando escribió una fuerte advertencia a los israelitas que quedaban en Jerusalén. Similar a una demanda legal, registró a Dios testificando en contra de la nación (Miqueas 1:2) por desear la maldad, y perdonar la codicia, la deshonestidad y la violencia (6:10-15).
A pesar de esas rebeliones, Miqueas termina con una esperanza arraigada en la promesa de que Dios no sigue enojado para siempre, sino que «perdona la maldad» (7:18). Como Creador y Juez de todo, puede declarar con autoridad que no nos recriminará por nuestros pecados debido a su promesa a Abraham (v. 20); cumplida finalmente en la muerte y resurrección de Jesús. El perdón es un regalo inmerecido que trae bendiciones enormes. A medida que comprendamos más los beneficios de su perdón completo, respondamos con alabanza y gratitud. Lisa Samra - Pan Diario

Gratitud a pesar de las pruebas

Sigo en línea a una colega escritora que escribe sobre su travesía con el cáncer, y oro por ella. Sus publicaciones alternan entre actualizaciones sobre sus desafíos físicos y pedidos de oración y pasajes de la Biblia y alabanzas a Dios. Es hermoso ver su sonrisa valiente, ya sea esperando los tratamientos en el hospital o en su casa, con un pañuelo en la cabeza porque se le cae el cabello. Ante cada desafío, nunca deja de instar a otros a confiar en Dios durante las pruebas.
Al atravesar dificultades, puede ser complicado estar agradecidos y alabar a Dios. Pero el Salmo 100 nos da motivos para hacerlo. Dice: «Reconoced que el Señor es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado» (v. 3). Y agrega: «el Señor es bueno. Para siempre es su misericordia, y su fidelidad por todas las generaciones» (v. 5 rva-2015).
Cualquiera que sea nuestra prueba, podemos encontrar consuelo en saber que Dios está cerca de los corazones quebrantados (34:18). Cuanto más oremos y leamos la Biblia, más capaces seremos de «[entrar] por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza», y bendecir su nombre (100:4). Podemos «[cantar] alegres a Dios» (v. 1) incluso —y quizá especialmente— en épocas difíciles, porque nuestro Dios es fiel. Nancy Gavilanes - Pan Diario