Invencible en Jesús


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El avión militar de Louis Zamperini se estrelló en el mar durante la guerra. «Louie» y dos más estuvieron dos meses a la deriva en balsas, defendiéndose de tiburones, atravesando tormentas, esquivando balas de un avión enemigo, y comiendo peces y aves crudos. Tiempo después, llegaron a una isla donde los capturaron. Durante dos años, a Louie lo torturaron y lo hicieron trabajar como prisionero de guerra. Su historia se relata en el libro Invencible.
Jeremías es uno de los personajes invencibles de la Biblia. Soportó complots enemigos (Jeremías 11:18), lo azotaron y lo pusieron en el cepo (20:2), lo golpearon y lo ataron en un calabozo (37:15-16), y lo bajaron al cieno de una profunda cisterna (38:6). Sobrevivió porque Dios había prometido estar con él (1:8). Dios nos hace una promesa similar: «No te desampararé, ni te dejaré» (Hebreos 13:5). No prometió salvarnos de los problemas, sino llevarnos a través de ellos.
Louie reconoció la protección de Dios; y después de la guerra, le entregó su vida a Jesús. Se dio cuenta de que, aunque no podemos evitar todos los problemas, no tenemos por qué sufrir solos. Cuando los enfrentamos con Jesús, nos volvemos invencibles. Mike Wittmer - Pan Diario

El dulce aroma de Cristo

Conocí a un hacendado que vivía cerca de Lometa, Texas. Sus dos nietos eran mis mejores amigos. Íbamos a la ciudad con él, y lo seguíamos mientras compraba y conversaba con todos. Se detenía por todas partes y preguntaba por un hijo enfermo o un matrimonio difícil, y ofrecía siempre una palabra de ánimo. Compartía pasajes de la Escritura y oraba si era el momento adecuado. Nunca me olvidaré de aquel hombre; era muy especial. No imponía su fe a nadie, pero siempre parecía dejarla por donde pasaba.
El anciano hacendado tenía lo que Pablo llamaba «grato olor de Cristo» (2 Corintios 2:15). Dios lo usó para manifestar «en todo lugar el olor [del] conocimiento [de Cristo]» (v. 14). Ahora ya está con el Señor, pero su fragancia permanece en Lometa.
C. S. Lewis escribió: «Las personas comunes no existen. Nunca has hablado con un mero mortal». Dicho de otra manera, todo contacto humano tiene consecuencias eternas. Cada día, tenemos oportunidades de marcar una diferencia en la vida de quienes nos rodean, a través del testimonio tranquilo de una vida fiel y agradable o de palabras alentadoras a un alma cansada. Nunca subestimes el efecto que puede tener en otros una vida centrada en Cristo. David Roper - Pan Diario

Mueve tu cerca

El vicario del pueblo no podía dormir. En plena Segunda Guerra Mundial, le había dicho a un grupo de soldados norteamericanos que no podían enterrar a su camarada fallecido en el cementerio cercado que estaba junto a su iglesia. Entonces, los hombres enterraron a su amado amigo fuera de la cerca.
A la mañana siguiente, los soldados no podían encontrar la tumba. «¿Qué pasó? La tumba ya no está», le dijo un soldado al reverendo. «Ah, sigue ahí —respondió—. Me arrepentí de decirles que no, así que anoche me levanté y moví la cerca».
Dios también puede darnos una nueva perspectiva para los desafíos de nuestra vida… si la buscamos. Este fue el mensaje del profeta Isaías al pueblo oprimido de Israel. En vez de mirar atrás con nostalgia al rescate en el Mar Rojo, tenían que mirar cómo Dios estaba abriendo caminos nuevos. «No os acordéis de las cosas pasadas» —los instó—. «He aquí que yo hago cosa nueva» (Isaías 43:18-19). El Señor es nuestra fuente de esperanza durante las dudas y las batallas.
Reanimados con una nueva visión, también podemos ver la guía renovada de Dios para nuestra vida. Que podamos mirar con nuevos ojos para ver sus caminos nuevos. Después, con valor, entremos en terreno nuevo, siguiendo al Señor con valentía. Patricia Raybon - Pan Diario

De perdición a predicación

Darío era una leyenda del béisbol que casi destruye su vida con las drogas. Pero Jesús lo liberó, y hoy ayuda a otros que luchan con adicciones y los guía a la fe en Cristo. Al mirar atrás, afirma que Dios transformó su perdición en una predicación.
Nada es imposible para Dios. Cuando Jesús llegó a la costa, cerca de un cementerio, un hombre poseído por las tinieblas se le acercó de inmediato. Jesús echó fuera los demonios que estaban en su interior y lo liberó.
Cuando se iba, el hombre le rogó que lo dejara ir con Él. Pero Jesús no quiso porque tenía una tarea para él: «Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo» (Marcos 5:19).
Nunca más vemos al hombre, pero la Escritura nos muestra algo intrigante. Las personas de aquella región le habían rogado a Jesús que «se fuera» (v. 17), pero la próxima vez que volvió, se juntó una gran multitud (8:1). ¿Acaso esa multitud podría ser el resultado de que Jesús haya enviado a aquel hombre? ¿Podría haberse transformado en uno de los primeros misioneros, comunicando eficazmente el poder de Jesús para salvar?
Cuando Dios nos libera para servirlo, puede transformar incluso un pasado turbulento en un mensaje de esperanza y amor. James Banks - Pan Diario

Instrumentos moldeados por Dios

El videojuego La leyenda de Zelda: Ocarina del tiempo ha vendido más de siete millones de copias en el mundo. También popularizó la ocarina: un instrumento musical pequeño y con forma de papa, hecho de cerámica.
La ocarina no se parece mucho a un instrumento. Sin embargo, cuando se la toca —soplando en la boquilla y tapando algunos agujeros—, produce un sonido de sorprendente serenidad y conmovedora esperanza.
El que la fabricó tomó un bollo de barro y lo transformó en un maravilloso instrumento musical. Veo una imagen de Dios y nosotros aquí. Isaías 64:6, 8 nos dice: «Si bien todos nosotros somos como suciedad, […] Señor, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste». El profeta estaba diciendo: Señor, somos pecadores. Transfórmanos en instrumentos hermosos para ti.
¡Esto es exactamente lo que Dios hace! Envió a su Hijo Jesús a morir por nuestro pecado, y ahora nos está formando y transformando a medida que caminamos al compás de su Espíritu cada día. Así como el aliento del que fabrica la ocarina fluye por el instrumento para producir una hermosa melodía, Dios obra a través de nosotros, sus instrumentos modelados, para cumplir su hermosa voluntad: ser cada vez más parecidos a Jesús (Romanos 8:29). Ruth Wan - Pan Diario