Dios sabe


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Una pareja se detuvo a mirar una pintura abstracta y observó latas de pintura abiertas y pinceles debajo del cuadro. Suponiendo que era un «proyecto en curso» que cualquiera podía ayudar a crear, agregaron algo de color y se fueron. Pero el pintor había dejado a propósito algunos suministros como parte de la exhibición final de la obra. Después de revisar la grabación del incidente, la galería no presentó cargos.
Los israelitas que vivían al este del Jordán generaron un malentendido cuando edificaron un gran altar junto al río. Las tribus del occidente lo consideraron una rebelión contra Dios; todos sabían que el tabernáculo era el único lugar aprobado por Él para adorar (Josué 22:16).
Las tensiones aumentaron hasta que las tribus del este explicaron que era solo una réplica del altar de Dios para que sus descendientes recordaran la unidad de Israel. Exclamaron: «el Señor Dios de los dioses, él sabe» (v. 22). Felizmente, los demás escucharon. Como Dios «escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos» (1 Crónicas 28:9), las motivaciones de todos son claras para Él. Si le pedimos que nos ayude, tal vez nos dé la oportunidad de explicar nuestro proceder o la gracia para perdonar. Podemos acudir a Él cuando nos esforzamos por la unidad con los demás. Jennifer Schuldt - Pan Diario

Llamados a crecer

La ascidia es una criatura marítima extraña. Pegada a rocas y valvas, parece un tubo de plástico blando que se agita con la corriente. Vive una vida pasiva, alejada de su juventud activa.
Nace como un renacuajo con una espina dorsal y un cerebro primitivo que le permite encontrar comida y evitar daños. Pasa los días explorando el océano, pero algo sucede cuando alcanza la adultez. Se instala en su roca y deja de explorar y crecer. En un giro macabro, digiere su propio cerebro. Sin espina ni pensamientos, fluye pasivamente con la corriente.
El apóstol Pedro nos anima a no seguir el destino de la ascidia. En nuestro caso, la madurez significa participar de la naturaleza divina (2 Pedro 1:4), por eso, somos llamados a crecer en nuestro conocimiento de Cristo (3:18); espiritualmente, en rasgos como bondad, perseverancia y dominio propio (1:5-7); y en la práctica, al explorar nuevas maneras de amar y servir a otros (1 Pedro 4:7-11). Según Pedro, este crecimiento «no [nos dejará] estar ociosos ni sin fruto» (2 Pedro 1:8). Este llamado a crecer es tan vital para el anciano como para el adolescente. La naturaleza de Dios es tan vasta como el océano. Explora su carácter infinito, emprende nuevas aventuras espirituales. Estudia, sirve, toma riesgos. Crece. Sheridan Voysey - Pan Diario

Vive como si te hubieras curado

Dos hermanas de la India nacieron ciegas. Su padre era muy trabajador, pero jamás podría costear la cirugía que podía sanarlas. Un día, en una misión médica, un equipo de médicos llegó a la región. La mañana después de la cirugía, las niñas estaban felices mientras la enfermera les sacaba las vendas. Una exclamó: «¡Madre, puedo ver! ¡Puedo ver!».
Un hombre que había sido cojo de nacimiento estaba sentado junto a la puerta del templo, mendigando dinero. Pedro le dijo que no tenía monedas, pero que tenía algo mejor. Le dijo: «En el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda» (Hechos 3:6). El hombre «saltando, se puso en pie y anduvo; y entró […] andando, y saltando, y alabando a Dios» (v. 8).
Las hermanas y el hombre apreciaban sus ojos y sus piernas más que aquellos que nunca fueron ciegos o cojos. Las niñas no podían dejar de pestañear asombradas y agradecidas, y el hombre no paraba de saltar.
Considera tus propias capacidades naturales. ¿Cómo podrías disfrutar más de estas cosas si hubieras recibido una sanidad milagrosa? Ahora, considera lo siguiente: Si crees en Jesús, Él te sanó espiritualmente; te rescató de tus pecados.
Demos gracias a Aquel que nos hizo y nos salvó, y dediquémosle todo lo que nos dio. Mike Wittmer - Pan Diario

Dios te ve

Las primeras horas de la mañana pueden ser dolorosas para mi amiga Alma, una madre soltera con dos hijos. Ella dice: «Cuando todo está en silencio, las preocupaciones salen a luz».
Cuando su esposo la abandonó, Alma cargó con la responsabilidad de criar a sus hijos sola. «Es difícil —comenta—, pero sé que Dios nos ve a mí y a mi familia. Me da la fuerza para mantener dos trabajos, provee para nuestras necesidades y permite que mis hijos experimenten su guía todos los días».
Agar, una sierva egipcia, entendía lo que era que Dios te vea. Después de quedar embarazada de Abram, empezó a despreciar a Sarai (Génesis 16:4), la cual, a su vez, la maltrataba e hizo que huyera al desierto. Agar se encontró sola, frente a un futuro sombrío y sin esperanza para ella y su hijo.
Sin embargo, fue en el desierto que «la halló el ángel del Señor» (v. 7) y le dijo: «el Señor ha oído tu aflicción» (v. 11). El ángel de Dios le dijo a Agar qué hacer y le dio garantías para el futuro. Ella nos enseña uno de los nombres de Dios: El Roi: el «Dios que ve» (v. 13). Al igual que Agar, tal vez te encuentres en una situación difícil, y te sientas perdido y solo. Pero recuerda que, aun en medio del desierto, Dios te ve y quiere guiarte. Karen Huang - Pan Diario

¡Qué gran hallazgo!

Mientras Jennifer buceaba, le llamó la atención una botellita en el fondo de un río. Entonces, recogió lo que describe como «un hallazgo único en la vida». ¡La botella tenía un mensaje escrito por un jovencito en 1926! Pedía que cualquiera que lo descubriera, se lo devolviera. Jennifer usó Facebook para localizar a un agradecido miembro de la familia del hombre, fallecido en 1995. El descubrimiento trajo gozo a Jennifer y a la familia del hombre.
En 2 Reyes 22:8, leemos que Hilcías hizo un extraordinario hallazgo cuando encontró «el libro de la ley en la casa del Señor». El sumo sacerdote había encontrado lo que probablemente era el libro de Deuteronomio. El pueblo de Dios había descuidado al Señor y la lectura y la obediencia a las Escrituras. Arrepentido, el rey hizo que sacaran del templo todos los ídolos y lo que desagradaba a Dios (23:1-24). Hoy, nuestra Biblia tiene 66 libros que revelan la sabiduría y la instrucción de Dios. A medida que los leamos y los escuchemos, que el Espíritu transforme nuestra mente y renueve nuestro andar. ¡Sumérgete en la historia transformadora de la Escritura y encuentra sabiduría para explorar durante toda la vida! Tom Felten - Pan Diario