Praderas cantantes

A menudo, bromeamos con mi suegra sobre su habilidad para hablarles a sus perros. Responde a sus ladridos de manera amorosamente comprensiva. Quizá ahora, ella y otros dueños de perros también escuchen que sus amigos caninos ríen. Los científicos han descubierto que muchos animales —incluidos perros, vacas, zorros, focas y loros— tienen «signos vocales juguetones», conocidos también como risa. Identificar estos sonidos ayuda a distinguir este tipo de comportamiento de un animal de lo que podría parecer un ataque.
Que los animales expresen alegría y risa nos da un atisbo de cómo otras partes de la creación alaban a su manera a Dios. Mientras el rey David observaba a su alrededor, le parecía que «los collados se ciñen de alegría», y que las praderas y los valles «dan voces de júbilo» (Salmo 65:12-13). Reconocía que Dios se había ocupado de la tierra y la había enriquecido, dándole belleza y sustento.
Aunque, literalmente, nuestros entornos físicos no «canten», dan testimonio de la obra activa de Dios en su creación y, a su vez, nos invitan a alabarlo con nuestra voz. Como parte de «los fines de la tierra», que «[temamos] de sus maravillas» y respondamos con «voces de júbilo» (vv. 8, 13). El Señor nos oirá y entenderá. Kirsten Holmberg - Pan Diario

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