El poder de un nombre

A fin de ayudar a algunos niños que viven en las calles de Mumbai, India, Ranjit escribió una canción con sus nombres. Con una melodía única para cada nombre, les enseñó a cantarla, con la esperanza de alentarlos al recordar cómo se llamaban. Para los niños que no suelen oír que dicen sus nombres con amor, esto les hizo un regalo de respeto.
Los nombres son importantes en la Biblia y suelen reflejar los rasgos de carácter o el nuevo papel de una persona. Por ejemplo, Dios les cambió el nombre a Abram y Sarai cuando hizo un pacto de amor con ellos, prometiéndoles que Él sería su Dios y ellos serían su pueblo. Abram, que significa «padre enaltecido», cambió por Abraham, «padre de una multitud». Y Sarai, «mi princesa», pasó a ser Sara, «princesa» (ver Génesis 17:5, 15).
Los nuevos nombres incluían la promesa de la gracia de Dios de que tendrían descendencia. Cuando Sara dio a luz a su hijo, desbordaban de alegría y lo llamaron Isaac, «risa»: «Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo» (Génesis 21:6). Mostramos honra y respeto a las personas cuando las llamamos por su nombre. Un sobrenombre agradable que reafirma las cualidades individuales de una persona como alguien creado a la imagen de Dios puede hacer lo mismo. Amy Pye - Pan Diario

No hay comentarios:

Publicar un comentario