Amargura de dulces robados

En Alemania, unos ladrones robaron un camión refrigerante con más de 20 toneladas de chocolate. El valor estimado de la dulzura robada era de 80.000 dólares. La policía local pidió a quienes se les ofrecieran grandes cantidades de chocolate por canales inusuales que lo reportaran de inmediato. ¡Sin duda, los que robaron esa enorme cantidad de dulces enfrentarán consecuencias amargas si son capturados y sentenciados!
Proverbios confirma este principio: «Sabroso es al hombre el pan de mentira; pero después su boca será llena de cascajo» (20:17). Al principio, lo que adquirimos de forma engañosa o errónea puede parecer dulce; con sabor a emoción y alegría temporarias. Pero al final, el sabor se va y el engaño nos deja insatisfechos y en problemas. Las consecuencias amargas de la culpa, el temor y el pecado pueden terminar arruinando nuestra vida y reputación. «Aun el muchacho es conocido por sus hechos, si su conducta fuere limpia y recta» (v. 11). Que nuestras palabras y acciones revelen un corazón puro para Dios; no la amargura de deseos egoístas.
Pidamos a Dios que nos fortalezca y ayude a permanecer fieles a Él, para que podamos ver más allá de la «dulzura» a corto plazo de ceder a la tentación, y que nos guíe a considerar las consecuencias a largo plazo de nuestras decisiones. Marvin Williams - Pan Diario

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