¿Cómo está?

Carla estaba muriendo y lo sabía. Mientras yacía en su cama en el hospital, su cirujano con un grupo de médicos residentes jóvenes entraron a la habitación. Durante unos minutos, el doctor, ignorando a Carla, describió al grupo su condición terminal. Finalmente, se dirigió a ella y preguntó: «¿Cómo está?». Carla sonrió y les habló con ternura sobre su esperanza y paz en Jesús.
Hace 2.000 años, el cuerpo de Jesús azotado y desnudo colgaba humillado de una cruz ante una multitud de espectadores. ¿Atacaría a sus torturadores? No. En cambio, dijo: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lucas 23:34). Aunque condenado y crucificado injustamente, oró por sus enemigos. Luego, le dijo a otro hombre humillado, un criminal, que por su fe, pronto estaría con Él «en el paraíso» (v. 43). En su dolor y vergüenza, por amor, prefirió compartir palabras de esperanza y vida.
Cuando Carla terminó de hablarles de Cristo a sus oyentes, miró tiernamente a los ojos llenos de lágrimas del doctor y le preguntó: «¿Y usted cómo está?». Por la gracia y el amor de Cristo, les había compartido palabras de vida a todos ellos. En cualquier situación que enfrentemos, confiemos en que Dios nos dará valor para hablar de Él. Tom Felten - Pan Diario

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